Y cómo, que uno se
asoma al periódico a ver a esos etarras feos por dentro y por fuera, y se dice que escuchar a esa gente (y a quienes los
justifican,
víboras) es como hacerlo con los futbolistas. Tanta influencia, tantos tópicos y lenguaje torcido, tanta impresión de cabeza de chorlito. Pero, al cabo, los futbolistas, pobres, a lo más, sólo rompen un ligamento, no te vuelan la cabeza principiando por la nuca.
1 comentario:
Perfecta entrada, ¡y muy bien etiquetada!
Publicar un comentario